AMOR A MARÍA (Virgen, N. Sra. de la Merced, Redentora de Cautivos, Madre…)
13 de abril de 2018Temas
- También me he propuesto amar mucho a la Orden, aficionándome a sus santos y a su espíritu, que es de mucho celo apostólico, de un amor grande a la cruz, hasta lo más heroico, y de un amor filial muy especial a la (Pág. 26)
- Yo sigo animada por todo lo grande. María me lleva a Jesús con suavidad. (Pág. 31)
- Confío en la Virgen, que me hará semejante a ella, y confío también en mi Dios. (Pág. 75)
- Me veo sin nada bueno y así vuelvo mis ojos a María y le pido que me haga vivir junto a ella y participar de su humildad. (Pág. 79)
- Ahora me queda el anhelo y la esperanza muy confiada de que Nuestra Madre de la Merced va a renovar en nosotras el celo heroico de aquellos primeros redentores… (Pág. 81)
- Meditando en la Encarnación. Mi pobreza e incapacidad iluminan la grandeza del misterio. Invoco continuamente al Espíritu Santo, padre de los pobres y presto atención a María y en ella descubro el estilo de vida interior que deseo vivir. (Pág. 87)
- María quiere hacer de nosotras una comunidad muy apostólica y para ello cada una tenemos que creer que en nuestra fidelidad al Espíritu depende toda la eficacia de la vida misionera. Ojalá que el Señor sigua poniendo sus ojos en esta Comunidad para hacernos instrumentos de su Reino y de su gloria. (Pág. 106)
- Ofrecimiento a Jesús, por María. María, mi dulce Señor, mi Reina, mi Madre, a quien todo debo. A ti vengo hoy a exponerte mi deseo, porque a ti, Madre, lo debo, y porque sé que tú me ayudarás a lograrlo. Tú me vas mostrando a Jesús con tanta claridad que me das esperanzas fundadas de que muy pronto vas a cumplir mi deseo… ¡Madre, qué feliz me siento! Guíame siempre por tus senderos de humildad, de amor desinteresado. Lléname de una confianza cada vez más firme para que lo espere absolutamente todo del amor misericordioso de Jesús… No permitas, Madre, que deje de seguirte y obedecerte. No me dejes de tus manos hasta que un día me introduzcas en la Patria del amor eterno, donde en unión contigo cante eternamente las misericordias del Señor. (Pág. 27)
- Para este mes de mayo mi deseo es que todas tratemos de vivir en María, para que María nos enseñe a vivir en Cristo, y para ello, nada mejor que imitar su vida oculta en Nazaret. Esa vida sencilla, vivida con tanto amor y recogimiento, y ese olvido propio continuo para no pensar más que en la gloria de Dios. ¿Qué en que consiste la gloria de Dios? A mi entender, en dejar que la plenitud de su vida divina nos invada, nos eleve y nos transforme. En María, todo glorifica a Dios: pensamientos, anhelos, recuerdos, amores. (Pág. 272)
- …Miramos a Nuestra Madre la Virgen, Fundadora de la Orden y ésta nos señalaba a Jesús, pendiente en la Cruz por salvar a toda la humanidad, y diríase que sus labios subrayaban esta súplica: “Hijas mías mercedarias, sed corredentoras conmigo”. Y de estas tres miradas: a Cristo, a su Madre y a la Iglesia, nació el anhelo irresistible de hacernos misioneras. (Pág. 225)
- Todo este mes lo he vivido muy cerca de María y he tratado de conocerla más. Cuando pienso en María me sucede algo parecido a lo que siento pensando en Dios. En ella admiro todo, su vida de fe, su humildad, su simplísima dependencia del ser de Dios. Siempre que renuevo mi amor a ella, me parece que entro en un camino nuevo, sencillo, sublime. Un camino de olvido total de sí misma para descubrir a Dios en todo. María me enseña a vivir de amor, en perfecta pureza, desprendida de todo. (Pág. 43)
- María me está descubriendo en profundidad, la vida de fe y me está dando a conocer, con luz de Dios, la humildad…Cuanto más reconozco mi nada, más participo de Dios que, viéndome en la verdad, me da su sabiduría, su omnipotencia y el don de Sí mismo. (Pág. 44)
- Otro tema muy mercedario que he querido destacar en la explicación de las Constituciones, es la presencia de María, Madre y Fundadora de la Orden, en nuestro Instituto. Contemplemos la grandeza de María dentro del plan salvador de Dios. A “María Corredentora con Cristo y a María Madre del Cristianismo”. Entiendo que, como Mercedarias Misioneras, así principalmente es cómo debemos mirarla y amarla. ¡Qué ella nos acompañe siempre en nuestro caminar! (Pág. 274)
- …Cuando me presente en el Cielo delante de mi Padre celestial, de mi Madre la Virgen, y de todos los Santos, verán en mí el triunfo de Jesús… (Pág. 38)
- …Un conocimiento lleno de confianza, de paz y de ternura. Este sentir de Jesús se lo debo a María. En María lo admiro todo, pero lo que más me atrae de ella es la pureza de su amor a Dios sin mezcla de amor propio, sin pretender nunca nada para sí. Aún para los que la admiran es escalera o paso, a todos los lleva a Dios. (Pág. 39)
- Me veo…llena de una multitud de imperfecciones que me privan de la libertad interior, que tantos años he disfrutado. Tal como me veo, me pongo en manos de la Virgen y le pido que me libre de las cadenas que me impiden unirme con Dios. (Pág. 47)
- Confío en la Virgen, que me hará semejante a ella, y confío también en mi Dios… (Pág. 75)
- Y presto atención a María y en ella descubro el estilo de vida interior que deseo vivir. (Pág. 87)
- Por eso, persuadida de que soy incapaz de gobernar con el acierto, prudencia y espíritu que deberían encontrar en mí, he puesto mi cargo en manos de la Virgen para que ella vele por la Orden y por esta comunidad con solicitud y ternura de Madre. (Pág. 99)
- …Si vivimos en comunidad es porque todas buscamos un mismo fin, y para lograrlo María nos está abriendo horizontes cada vez más claros. Quiere que el espíritu misionero redentor sea nuestro distintivo. (Pág. 99)
- Con una confianza más que fraternal me ha contado sus penas. Jesús le quiere crucificado. Del trato con él me han quedado deseos de humildad y amor a la (Pág. 119)
- Ya estoy en casa. Me han recibido con un cariño increíble…En la capilla hemos cantado a la Virgen una Salve muy sencilla y un Magnificat, en un gregoriano breve, devoto, que he saboreado hondamente. (Pág. 157)
- Hemos celebrado la Fiesta de la Merced agradeciendo a nuestra Madre tantas mercedes… (Pág. 166)
- Siento que la Virgen, Nuestra Madre, nos ha concedido una “merced” muy especial, y que el Padre nos ha uno de sus mejores dones, el espíritu de unión y caridad. (Pág. 176)
- La Virgen, Madre y Fundadora de nuestra Orden, se está encargando de allanar los caminos… ((Pág. 193)
- …El amor a los pobres y cautivos. El cuarto voto de estar alegremente dispuesto a dar la vida para redimirlos. El amor a María… (Pág. 214)
- La Comunidad ha recibido emocionada esta solemne bendición. Luego, hemos cantado el Magnificat con la antífona “Redentora de Cautivos”, que tan apropiada es… Nuestra Madre de Mercedes va a renovar en nosotras el celo heroico de aquellos primeros redentores y que nos va a escoger para trabajar y padecer mucho por su Iglesia. (Pág. 81)