FIDELIDAD
En este temario, la FIDELIDAD, la presentamos de distinta manera, ya que, algunas HH al enterarse de que estábamos haciendo este trabajo con los Escritos de la M. Margarita, y según las citas que encontramos en “El porqué de una transformación”, pidieron que se elaborara un poco más este tema, pues parece ser que a veces se toma con cierta ligereza y con muchas equivocaciones.
Por definición, el término FIDELIDAD proviene del latín fidelitas y permite hacer referencia a la exactitud o puntualidad de la ejecución de una acción. Es la virtud para dar cumplimiento a una promesa. Se trata de un acuerdo, que implica una serie de responsabilidades, que no debería ser violado por ninguna de las partes.
La persona fiel es aquella que cumple con sus promesas y mantiene su lealtad a pesar del paso del tiempo y las circunstancias. Supone seguir un proyecto de vida que fue establecido a partir de la promesa.
La FIDELIDAD se encuentra relacionada con la confianza y la incondicionalidad hacia una persona. Se es leal a algo, pero se es fiel a alguien. Y en nuestro caso, a Alguien – con mayúscula…
En los escritos de la Madre Margarita, encontramos que ella no usa muchas veces la palabra FIDELIDAD, con la misma frecuencia con que usa las que hemos presentado aquí, como Temas. Con todo, conviene recordar que en su vida aparecen unas CONSTANTES que se van desarrollando y cobrando vida y fuerza, con el pasar del tiempo… Para recordar sólo algunas de esas constantes, señalamos que desde el inicio de su vida religiosa hasta el año de su fallecimiento (1934), las realidades que fueron constantes en la Madre Margarita fueron, entre otros:
- El conocimiento íntimo, amor e identificación con Jesús.
- Glorificar al Padre.
- La salvación de la humanidad (ella usa “almas” o “todas las personas encomendadas a mí, que es el mundo entero”).
- Que Jesucristo sea más conocido y amado…
- Unión con Dios.
- Vida de Oración.
- Vivir en verdad.
- Humildad/aceptación y poder aprovechar “su pobreza y su pequeñez” …
- Una caridad exquisita con todos/as.
- Trabajo incansable por el Reino /Deseo de llevar a Jesucristo a quienes no le conocen… etc., etc.
Podríamos añadir más “etc”., pero este no es el caso en este TEMARIO. Estas CONSTANTES –comenta el P. Zameza en UNA VIRGEN APOSTOL, páginas 76,78,83, 91-103 – Segunda edición revisad - fueron un “itinerario hacia Dios que desde los veinte años lo emprendió decidida, animosa, constante en su corazón, donde precisamente Dios tenía trazados los caminos que conducen a Él: caminos callados, casi ocultos a quienes la rodeaban, pero resplandecientes a los ojos de quienes tuvieron la dicha de conocer a la Madre Margarita, y descubrir su caminar con y hacia su Dios.”
Encontramos en los escritos de la Madre Margarita – según El porqué de una transformación, la palabra fidelidad, de forma explícita e implícita, en las siguientes citas:
- Procurar la humildad y la libertad de espíritu…Y mantener la fidelidad en mi vida de oración. (Pág. 26)
- Lo que sí encuentro es poca fidelidad a los dones de Dios. (Pág. 41)
- Me mantengo fiel a mis propósitos y descubro en mi interior, como regalada por Dios, una libertad de espíritu y un abandono en sus manos que es el fundamento de mi paz y felicidad. (Pág. 43)
- Me mantengo fiel a mis propósitos y deseo… (Pág. 43)
- Hará ahora como dos años que me di a Dios de un modo nuevo con una fidelidad que Él sólo sabe dar, y me determiné muy seriamente a no poner obstáculos a la acción del Espíritu. (Pág. 76)
- He trazado un plan detallado de seguimiento de Cristo: Fidelidad en mi vida de oración continua. Vida dura entendida como entrega al deber. Sin rendirme jamás ante el trabajo constante de ocupaciones molestas. Dar mi tiempo a las demás, sin permitirme una queja, con corazón y rostro alegre. Inmolación callada, sólo para Jesús. (Pág. 184)
- Quiero empezar a seguir a Cristo, como ahora lo entiendo. Quiero empezar a seguirle sin condiciones. Me atrae su amor y el deseo fe crecer en ese amor. Para lograrlo, y por extender su Reino, quiero darme a una vida dura que ya no cesará hasta mi muerte. Quiero ser de los que más se señalan en su servicio. (Pág. 184)
- Quiero dar mi vida por amor, sin que nadie se percate de mis continuos sacrificios. Me he propuesto privarme de gustos y comodidades, por a mor a Cristo. Abrazarme con su cruz, gozarme en ella. Pasar en silencio mis males físicos y morales, sin más descanso que el estrictamente necesario. En un ejercicio constante de donación. Ahora empiezo, nada de treguas…Con la fuerza del Espíritu voy a llevar adelante este programa, sin volverme nunca atrás. Adelante, siempre adelante, mientras me dure la vida. (Pág. 185)
- Con oración continua y fidelidad al Espíritu que las guía y fortalece. Él las ayudará a enderezar los errores y acertar en cada situación concreta con la voluntad del Padre. (Pág. 215)
- Me he propuesto vencer respetos humanos y comodidades. Desechar la tristeza que me ocasiona mi falta de salud. Sufrirme a mí misma. Darme sin límites y con entero corazón a todas mis hijas. (Pág. 218)
- Día de fidelidad De pequeñas contrariedades y penas que me hacen bien. De deseos muy vivos de hacer felices a todas, dándome sin medida. (Pág. 227)
- Día lleno. Fiel a los deberes de mi cargo… (Pág. 228)
Otras referencias a la fidelidad, en la Madre Margarita, podrían ser las que se señalan a continuación, ya que las expresiones:
- Me he propuesto…
- Estoy tratando de…
- He pensado…
- Sigo buscando, etc.
Éstas expresan sus deseos de fidelidad. “La fidelidad – dice Augusto Hortal, S.J., (Bérriz 2016) – es lo que pide el Señor de nosotras y si somos fieles, Él permanecerá en nosotras”. Así fue en la Madre Margarita. “Por eso” – continua Hortal – “tenemos que ser fieles a nosotras mismas porque eso nos legitima para guiarnos por nuestras ganas, caprichos y deseos. La fidelidad de cada una con sí misma, significa ser fiel a la Misión encomendada por el Padre para responder al sueño de Dios sobre cada una de nosotras. Tenemos que ser personas que combinen la conciencia de la propia debilidad, con la seguridad que da esa confianza”. Así fue en la Madre Margarita.
Pasamos ahora a las citas de los Escritos de la Madre Margarita que nos hablan de fidelidad, en el contexto de lo que nos ha dicho Augusto Hortel:
- Y me he propuesto luchar con todas mis fuerzas… (pág. 23)
- También me he propuesto ir purificando… (pág. 23)
- Por mí nada puedo, pero lo puedo todo en aquel que me conforta… (pág. 24)
- … me he propuesto permanecer atenta… (pág. 25)
- … y me he propuesto abandonarme por entero… (pág. 25)
- De ahora en adelante… (pág. 26)
- He experimentado que recurriendo a Dios… (pág. 39)
- Estoy en paz, muy tranquila, pero… Fiat… (pág. 41)
- Y también yo… (pág. 43)
- Cuando miro hacia atrás… (pág. 57)
- El Señor me está pidiendo… (pág. 79)
- Ahora veo con claridad que Jesús quiere que estos deseos se conviertan en obras… (pág. 80)
- Ahora que va apareciendo la aurora… (pág. 84)
- Pienso en mi vida… en mis tempestades… que obligan a luchar… (pág. 87)
- Hoy por hoy, no padezco pero vislumbro…rara vez han dejado de cumplirse mis presentimientos. (pág. 97)
- En el retiro de ayer… ( pág. 99)
- Voy a procurar… (pág. 165)
Mª Isabel Artadi en “Nuestro Instituto Fruto de la Acción de Dios en la Madre Margarita”, dice que “La Madre Margarita, en la última etapa de su vida, cuando había logrado el objetivo en el que soñó, por el que luchó y trabajó, y estando ya en marcha el Instituto, con cuatro casas en Misiones, y una casa en Bilbao y, en los pocos años que le quedaban de vida, camina hacia la plenitud de su ser. Los tres últimos años, son de una riqueza y fecundidad, como que Dios la va llevando hasta la madurez de su espiritualidad redentora, que quiere dejar como herencia a su querido Instituto. A lo largo de su vida se puede ver que los deseos de seguir a Jesús glorificando al Padre y llevando la salvación al mundo entero; cuántas veces habla de la salvación de las almas, de sus deseos de identificación con la cruz de Jesús, la acogida a las inspiraciones de Dios y su constancia en la respuesta; su gozo en hacer el bien, su alegría aún en medio de las dificultades, su total abandono y confianza en Dios. Esta fidelidad a Dios continúa, y el Señor no se deja ganar en generosidad… Hay tres aspectos muy significativos suyos en este tiempo, y uno de ellos, no hay duda, es su respuesta y FIDELIDAD a Dios, aún en medio de su enfermedad”.
Isabel recoge lo que acaba de decirnos, en las siguientes citas de los escritos de la Madre Margarita. Algunos de ellos, no aparecen en “El porqué…” pero los copiamos aquí, por su significado en el tema de la FIDELIDAD.
- “…Deseos de servir a Dios con entera perfección por ser quien es. Blanda el alma todo el día… quiero cuidad de servirle y contemplarle hasta en las mínimas cosas…” (25 de agosto 1932) - pág. 220.
- “… Poner en Dios sólo mi paz, mi confianza, mi seguridad y descanso. Se acercan tiempos de prueba; sobre mí recaen grandes responsabilidades: más que nunca necesito de una fe sin vacilaciones y de una humildad profunda. Y con esto, vida de oración”. (2 de septiembre 1932)
- “… Todos estos días me vence el cansancio grande que siento casi todos los días. Me acomete la tristeza y el desaliento viéndome impotente; pierdo optimismo, entusiasmo y grandeza de ánimo; al par que crece el afectarme por nonadas, tornándome sensible en extremo. Tengo que reaccionar con energía y así lo he propuesto en la meditación… Con la gracia de Dios trabajaré por tornar a no pensar en mí, sino en los demás; a alegrarme de mis trabajos, no dar importancia a las contrariedades y dificultades… me debo a todas y no tengo derecho a pensar en mí”. (19 de septiembre 1932) - pág. 221.
- “La inspiración dominante de este mes ha sido el darme más a la oración… Entrega al prójimo con mucho aprecio y deseo de darme sin reservas. Me lo pide Dios N.S. Oración jugosa de conocimiento y amor de Jesucristo y su doctrina…” (1 de noviembre 1932)
- “… Entrega al prójimo; vivo deseo de ejercitar con perfección la caridad, ocultando defectos ajenos, pensando en la felicidad ajena, dándome sin medida…” (5 de noviembre de 1932) - pág. 224.
- “… Día lleno… he atendido y de to corazón a las que me necesitaban; he guiado hacia Dios… ¡Qué consuelo! Siento alegría intensa de hacer el bien, de alentar, orientar, estimular, abrir horizontes…” (25 de noviembre 1932) - pág. 228.
- “Los días que pueda daré media hora más a la oración para hablar con Jesús de mis deberes examinándolos y para pedirle amor a la Cruz y conocimiento de su Sagrada Pasión…” (27 de febrero 1933)
- … El resumen de estos Ejercicios… deseos
- Amor a la cruz, orando y actuando diariamente
- Firmeza en la voluntad: ser FIEL a Dios pese a quien pese”.
(29 de julio 1933)
- “… Muy vivo y claro y concreto el deseo de mi santificación, uniéndome con Cristo, Señor nuestro y acercándome a sus disposiciones; tendiendo a la pureza de intención en todas las actividades y queriendo en ellas la extensión del Reino de Dios en mí y en los que están a mi cuidado… Gozo de Dios: a) de su alabanza, b) de su ser, c) en sus disposiciones, d) en el cumplimiento de su voluntad bajo cualquier forma que se manifieste… Con este gozo interno, procuro gozo a mi Señor…” (1 de septiembre 1933) - pág. 248.
- “Día tormentoso… y de sufrir. Cuenta engendrar a Cristo en las almas y es bueno sentir los dolores…” (7 de enero de 1934) - pág. 264.
- “… tengo una úlcera crónica al duodeno y el doctor aconseja una operación. Fiat. Me da Dios paz y absoluto abandono a sus disposiciones; ni siquiera me deja ese natural temor al sufrimiento de la operación o de la posibilidad de morir en ella. En cuanto Él levante su mano poca fortaleza veré en mí… Gracias Señor y haz de mi vida y de mi salud lo que quieras: dame tu amor y tu gracia, que, cierto, esto sólo me basta”. (31 de enero 1934) - pág. 268.
- “… Esta enfermedad me ha servido, yo creo, para muchos bienes: para probar prácticamente a Dios Nuestro Señor que le quiero como a Padre de mi alma, que vivo pendiente de su voluntad y que esa voluntad Suya es para mí lo único grande, amable digno. Ha sido ejercicio constante ponerme en sus manos y como si en ellas me viera, besarlas amorosamente entregándole por entero mi alma con sus facultades, mi cuerpo con sus sentimientos, mi salud, mi vida y todo mi ser, sin querer cosa que el Señor no quiera y aceptando cuanto él disponga con sumo amor y gozo por verme de su mano… Quiero vivir alegre por dentro y por fuera; aprovechar con avaricia el tiempo que Dios me da y estar presta para cuando él me llame definitivamente y arrojarme para siempre en sus brazos en el último acto de supremo abandono. ¡Qué felicidad! … Así sea”. (1934)