HACER LA VOLUNTAD DE DIOS
- ¡Haced Señor, que cumpla siempre vuestra voluntad! (Pág. 25)
- Todo este año me han dominado tres grandes deseos: Buscar en todo, la voluntad de mi Padre, segura de que siempre la puedo cumplir… (Pág. 26)
- Algunos días he estado enferma y en ellos mi ejercicio ha sido amar la voluntad de Dios en cada instante… (Pág. 40)
- Le estoy pidiendo que si en este estado cumplo su voluntad que lo prolongue cuanto quiera, pero que si obedece a alguna infidelidad de mi parte, que me lo dé a conocer y que me ayude a vencerla. (Pág.41)
- Los días 19… vamos a tener un triduo de oración y discernimiento pues necesitamos luz del cielo para descubrir la voluntad de Dios… (Pág. 75)
- Pido a Dios que no demos un solo paso que no sea su voluntad, pero también que no dejemos de lanzarnos a lo que Él quiera, por duro y difícil que nos parezca. (Pág. 87)
- Le he pedido a Leonor que ruegue mucho por mí, pues el Señor ha puesto en mis manos asuntos difíciles, que requieren prudencia, mucho espíritu y valor. Necesito luz y fuerza de Dios para hacer lo que él espera de nosotras, sin apartarme, por nada ni por nadie, de su (Pág. 141)
- Si más adelante viéramos que el proyecto es voluntad de Dios, no dudaríamos en llevarlo adelante, sin temor a las dificultades. (Pág. 159)
- Noto como ráfagas de un desprecio grande a todo lo que no sea voluntad de Dios. Es como una luz interna, que se extiende a todo, que de todo me desliga, y me deja un solo asidero firme: ¡Dios! He puesto en Dios toda mi paz, confianza, seguridad y descanso. Se acercan tiempos de prueba y recaen sobre mí grandes responsabilidades. Ahora más que nunca necesito una fe sin vacilaciones, una humildad profunda, y mucha vida de oración. (Páginas 220-221)
La vida de las Comunidades de Misión supera todas mis esperanzas. Hoy he escrito a las Superiora animándolas a desempeñar su cargo con alegría, alentando siempre. Con entrañas de misericordia para abordar los problemas con cariño y sinceridad. Con una generosidad inalterable con todas. Dando su tiempo y su descanso con afabilidad. Con libertad y sin abatimiento. Persuadidas de que el cariño y la solicitud por todas engendra amor, confianza, respeto, sinceridad, espíritu de familia y libertad. Con la mira puesta en Dios. Con oración continua y fidelidad al Espíritu que las guía y fortalece. Él les ayudará a enderezar los errores y a acertar en cada situación concreta con la voluntad del Padre. (Pág. 214)
Todos los Temas