VIDA DE COMUNIDAD
13 de abril de 2018Temas
- Gracias a Dios, esta Comunidad está muy unida en unos mismos ideales, tenemos numerosas vocaciones y, dada la formación de las jóvenes, cabe esperar que siga creciendo en esa sencillez y vida de familia que ha sido y es la característica de esta Casa. Y yo me pregunto si no corremos el peligro, si crecemos demasiado a prisa, de que desaparezca ese algo tan peculiar nuestro. Hablo de la sencillez, dentro de una amplitud de miras, y de la libertad con que al presente exponemos los planes a la Comunidad, seguras de que siempre hallarán eco en cada una de las religiosas. (Pág. 158)
- Es difícil imaginar cómo va creciendo en la Comunidad el espíritu mercedario y cómo sentimos que revive en nosotras el celo apostólico de los primeros redentores que ansiaban morir para salvar a sus hermanos. En este ambiente ha brotado en nosotras el deseo de actualizar el cuarto voto, esencial en nuestra Orden. Y que hoy podríamos formular y emitir en estos términos: “Prometo según la disposición de mis superiores, acudir a la redención de los infieles y poner mi vida si necesario fuere por ellos.” (Pág. 107)
- Me alegra mucho que la Comunidad de Tokyo se sienta tan bien atendida por los Padres de la Misión y que las quieran cada día más. Pero lo que más me alegra es saber que todas están bien de salud. Veo que los calores aprietan y me preocupa que pierda el apetito. Tampoco quisiera que soportaran los hábitos de lana hasta no poder más, sino que todas se sientan con libertad para usar los de algodón, que son más ligeros. (Pág. 164)
- Reunión con la El amor de Dios es la única fuerza capaz de mover al mundo. No basta que seamos piadosas, mortificadas y mujeres de mucha oración. Si no somos una en el espíritu no seremos signo del Reino ante el mundo. Jesús dijo a sus escogidos: “En esto conocerá el mundo que sois mis discípulos, en que os amáis los unos a los otros como yo os he amado.” (Pág. 108)
- Reunión de Se acerca la fiesta de San Pedro Nolasco, Fundador de la Orden. Tenemos que orar mucho para que derrame sobre cada una de nosotras y sobre toda la Casa aquella caridad heroica que le llevó entregar sus bienes y su propia vida para redimir a los cautivos… (Pág.114)
- En la Comunidad, felices de tenerme en casa y yo de encontrarme con ellas. Están deseosas de saber de cada una de las misioneras, de sus trabajos, de los gozos y las sombras de cada Misión. Desde hoy mismo, nos vamos a reunir, después de comer, en la sala capitular para Compartir lo que hemos vivido. Vamos a tener tema para mucho tiempo. Las impresiones que puedo darles, son inmejorables. Puedo hablar horas y horas, pero nunca podré darles una idea exacta del amor de estas misioneras a Jesucristo ni de su entrega generosa a la Misión. (Pág. 158)
- En Bérriz vivimos en paz con la seguridad de que Dios, mirará por nosotras con la misma ternura de siempre. Y, al mismo tiempo, preparadas para afrontarlo todo con alegría y fortaleza. Estamos en las manos de Dios. Y ha llegado el momento de confiar en Él. (Pág. 203)
- En una situación tan difícil como la que estamos atravesando, quiero prestar mucha atención a las Me he propuesto formar misioneras que sepan vivir de Dios. Desprendidas, humildes. Entregadas a Cristo con un corazón alegre y confiado. Misioneras que vivan de Dios, para la Iglesia y los hermanos. Pendientes del Espíritu, es luz, acierto, inspiración y fuerza. Porque el Señor quiere extender su Reino por los más pequeños. (Pág. 203)
- Hoy he dedicado toda la tarde a escribir despacio a las Superioras de las A todas les pido que acepten su cargo con espíritu de fe, con confianza, alegría y humildad. Si viven unidas a Dios, él guiará sus pasos y modelará sus corazones, haciéndolas cariñosas y amables con todas. Su principal tarea es fomentar el espíritu de familia y ayudar a la Comunidad a crecer en vida de oración, en alegría, en fraternidad y unión. Y para ello deben esforzarse en tratar a todas con cariño y respeto. Con confianza y libertad. Con amor y franqueza. Con anchura de corazón y serenidad de espíritu. Deber suyo es también comunicar bondad, espíritu apostólico y deseos del Reino. (Pág. 207)
- La vida de las Comunidades de Misión supera todas mis esperanzas. Hoy he escrito a las Superiora animándolas a desempeñar su cargo con alegría, alentando siempre. Con entrañas de misericordia para abordar los problemas con cariño y sinceridad. Con una generosidad inalterable con todas. Dando su tiempo y su descanso con afabilidad. Con libertad y sin abatimiento. Persuadidas de que el cariño y la solicitud por todas engendra amor, confianza, respeto, sinceridad, espíritu de familia y libertad. Con la mira puesta en Dios. Con oración continua y fidelidad al Espíritu que las guía y fortalece. Él les ayudará a enderezar los errores y a acertar en cada situación concreta con la voluntad del Padre. (Pág. 214)
- Hemos celebrado Capítulo de Comunidad para la renovación de los cargos. (Pág. 69)
- … los días 19… de este mes, en los que toda la Comunidad de Bérriz, acompañada del P. Aparain vamos a tener un triduo de oración… (Pág. 75)
- … De “misiones” no le he dicho nada, porque si empiezo soy capaz de revelarle un secreto, muy secreto, que aún no conoce la Comunidad… (Pág. 76)
- Me areció que en aquellos momentos comenzaba una nueva era no sólo para esta Comunidad, sino para toda la Orden. (Pág. 81)
- Por ahora, en medio de una Comunidad que me quiere demasiado, entre las niñas que tanto simpatizan conmigo… (Pág. 82)
- … Le encargo que nos dijera que el Señor va a bendecir a esta Comunidad por tan inspirada idea de ir a misiones… (Pág. 82)
- El proyecto ya es público, dentro y fuera de la Comunidad, y está haciendo mucho ruido. (Pág. 83)
- Hoy nos ha visitado… La Comunidad no hemos tratado ningún asunto con él. (Pág. 85)
- El entusiasmo de la Comunidad es indescriptible. El espíritu redentor nos ha hecho misioneras. (Pág. 91)
- Tengo el corazón lleno de agradecimiento, de alegría, de entusiasmo, y a la vez una tristeza inexplicable que me hace sentir enormemente sensible a todo. Yo lo atribuyo al natural sentimiento de la separación y a que se nos marchan unas Madres que eran el brazo derecho de la (Pág. 94)
- La Comunidad está como cera blanda, dispuesta a todo. (Pág. 93)
- En Comunidad ya no se habla más que de misiones… (Pág. 95)
- Esta noche hemos leído en Comunidad la última carta de Zi-ka-wei… (Pág. 98)
- La Comunidad se muestra contenta y muy cariñosa conmigo. Yo también las quiero muy de veras. (Pág. 99)
- En la reunión de hoy he abierto de nuevo mi corazón a la Comunidad…Quiero que el amor nos una y que unas a otras nos ayudemos a llevar nuestras pequeñas cargas. Si vivimos en comunidad es porque todas buscamos el mismo fin… (Pág. 99)
- No me canso de decirles que se presten ánimo unas a otras. Sería una lástima que se hicieran tristonas o encogidas. Me preocupe que se estrechen de criterio. Me gustaría presenciar sus ratos de expansión y descubrir que hay bromas, espontaneidad y buen humor. Ahora más que nunca necesitan un corazón bien esponjado y alegre…Quiero que en la Comunidad haya alegría y amplitud de miras. Son semilla de Bérriz trasplantada a China y, aunque las circunstancias no ayuden para ello, deben esforzarse en conservar el espíritu de Bérriz: franco, alegre, sencillo, espontáneo y natural. Es la herencia de esta Casa. (Páginas 101-102)
- Ayer volvió Dª Victorina. Nos reunimos toda la Comunidad en el recibidor del Colegio… (Pág. 103)
- Una mirada a nuestra Orden, a su historia, a los primeros redentores. ¡Cuántos santos, cuántos mártires, cuántas monjas heroicas! Y, en el presente ¡cuántas mujeres de oración que darían gustosísimas su vida por amor a Cristo! ¿Y nosotras? Dentro de esta familia mercedaria, somos una Comunidad privilegiada y muy querida de Nuestra Madre… (Pág. 106)
- Es difícil imaginar cómo va creciendo en la Comunidad el espíritu mercedario y cómo sentimos que revive en nosotras el celo apostólico de los primero Redentores que ansiaban morir por salvar a sus hermanos… (Pág. 107)
- La Comunidad ya está completa. Estoy deseando saber cómo empiezan la vida comunitaria, pues me preocupa que se estrechen demasiado. (Pág. 113)
- La Comunidad de Bérriz está muy impresionada, pero todas me apoyan… (Pág. 120)
- Estoy gozando mucho. De la Comunidad todo son buenas impresiones. (Pág. 148)
- Con su apoyo cualquier cambio, por grande que sea, caería bien en la Orden, sería bien aceptado por la Comunidad… (Pág. 161)
- Pero lo que más nos ha gustado a todas han sido dos gráficos preparados por la (Pág. 163)
- También creo importante y conveniente que todas las monjas me den su asentimiento por escrito, pues de hecho es la Comunidad la que solicita los cambios. (Pág. 165)
- Le he leído algunos párrafos a la Comunidad y hemos pasado un rato muy en familia. (Pág. 173)
- Ya no hay limitación en el número de hermanas que pueden formar la Comunidad y por tanto podemos seguir admitiendo aspirantes. (Pág. 174)
- … Y le he pedido al señor Obispo que venga a presidir personalmente la votación secreta de la (Pág. 175)
- No ha faltado ni un solo voto de las 94 que formamos la (Pág. 175)
- Discurriendo y orando, y haciendo participar y orar a la Comunidad, para decidir con acierto. (Pág. 179)
- Bérriz no está para emprender fundaciones costosas. Si se trata de hacer un sacrificio, aunque fuera de ayunar a pan y agua durante mucho tiempo toda la Comunidad, lo haríamos gustosísimas por ver realizado el Colegio de Japón… (Pág. 179)
- VIDA DE FE (fe, vivir de fe, fe viva, vida de fe y amor…):
La fe de la Madre Margarita era muy viva. Solía juzgar por los principios de la fe, todas las cosas, y así le servían de guía en sus empresas. Según esta fe, dirigía sus pensamientos, a su vez directores de sus acciones. No se cansaba de afirmar que la vida de una religiosa debe de ser, una vida llena de fe…en Dios.
- En la oración de la tarde me he preguntado cómo es posible que viendo tan claras las cosas de la fe se debilite tan pronto esta luz, y necesite tanto esfuerzo para mantenerme en mis deseos. (Pág. 23)
- He estado enferma. En estos días de obligado descanso, han crecido mis deseos de vivir de fe… (Pág. 26)
- Dios quiere de mí una vida de fe muy viva… (Pág. 32)
- Todo es buena cosecha cuando se mira la vida con ojos de (Pág. 36)
- He comenzado el año con un nuevo aprecio de la vida de fe y con grandes deseos de ser fiel a Dios, aún en las cosas más pequeñas… (Pág. 39)
- Días atrás me ha inquietado de nuevo el temor de no estar respondiendo a lo que Dios espera de mí. Cada vez veo con más claridad que Dios quiere de mí una fe muy viva. Entiendo que esta vida de fe es la verdadera y que viviré en mentira tanto cuanto de ella me aparte… (Pág. 39)
- En vida de oración andamos iguales. Ya le digo que si el Señor quiere seguir aumentando mi fe en la oración, como de un tiempo a esta parte, voy a creerme omnipotente… (Pág. 40)
- …A esta vida de fe y confianza hace mucho que me siento inclinada, pero, tal como ahora la vivo, me parece un don muy grande. (Pág.40)
- Ahora disfruto de paz y me parece que cada día aumenta mi (Pág.39)
- La lectura de las obras de Santa Teresa…avivan mi fe… (Pág. 42)
- Me afirmo más y más en la vida de fe. Quiero vivir en el amor… (Pág. 63)
- En esta vida de fe, que quiero llevar, me queda tanto por aprender… (Pág. 63)
- De mi vida interior no sé qué decir. Absoluta carencia de todo lo sensible. Esto es vivir de la fe más desnuda hasta un extremo que jamás había experimentado. (Pág. 64)
- Hago la oración a mi modo desistiendo de otros, y me siento llena de espíritu de Dios, de desasimiento de todo y de vida en verdad. La oración de fe es preciosa porque puedo orar con fe viva y porque puedo hacer de ella “un don” para los demás. (Pág. 64)
- Le pido al Señor que me dé su amor…y se lo he pedido con tanta fe… (Pág. 66)
- Y esto me anima a pedir tantas cosas que algunos se reirían de mis pretensiones, pero yo entiendo que así es la vida de fe… (Pág. 68)
- En nuestras vidas ya no cabe más que una fe bien desnuda de sentimentalismo… (Pág. 69)
- Siento deseos de una vida nueva… vida de fe, de abandono… (Pág. 75)
- Me parece que retrocedo, en lugar de adelantar en oración, y que mis alientos anteriores no eran más que una ilusión. Me acojo a la fe y a las obras y digo al Señor que me basta con servirle. Pero me apena el pensar que no voy a alcanzar la intimidad que deseo en mi trato con Dios…Me basta la fe desnuda para amar a Dios y seguir a Cristo. (Pág. 77)
- Nuevas luces sobre la vida interior y nueva llamada de Jesús para que viva sólo de fe y amor. (Pág. 77)
- Tengo fe ciega en la oración y espero que esta fe y confianza aumente hasta que sea entera y total. (Pág. 80)
- A cambio de estas sequedades y tinieblas interiores estoy recibiendo de Dios una luz clarísima sobre la vida de fe, fe oscura… (Pág. 84)
- Tanto a la M. Nieves como a mí nos está tocando llevar, últimamente, pesadas cruces. Necesitamos mucha oración y una fe muy viva para obrar con el acierto que conviene. (Pág. 92)
- Todo este año vengo sintiendo lo mismo, pero hoy lo he visto con mayor luz. Creo que un empeño exagerado en mis ocupaciones está enfriando esta vida de fe. (Pág. 93)